Pueblos originarios: invisibilización y falta de políticas pertinentes frente a la pandemia

La crisis sanitaria ha tenido un impacto diferenciado en los pueblos originarios, cuyo reconocimiento no se expresa en la Constitución Chilena.
Jennifer Peralta

La crisis sanitaria ha tenido un impacto diferenciado en ciertos sectores debido a condiciones estructurales de desigualdad, como es el caso de los pueblos originarios, cuyo reconocimiento no se expresa en la Constitución Chilena, y a esto se le suma el que, hasta ahora, no existan cifras oficiales de cómo les está afectando la pandemia, ni políticas públicas pertinentes a su situación socioeconómica, territorial y cultural.

La crisis sanitaria que progresivamente ha generado daños importantes en el mundo por las miles de pérdidas humanas y el deterioro de la calidad de vida, también tiene efectos negativos diferenciados, es decir, que existen sectores que, por un conjunto de condiciones de desigualdad, son mucho más afectados que otros, como es el caso de los pueblos indígenas que, ya antes de la pandemia del covid-19,  tenías tres veces más probabilidades de vivir en extrema pobreza que los no indígenas y además, las crisis y epidemias les afectaban “de manera desproporcionada”, como lo señala el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Ahora, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) los ha incluido en el listado de poblaciones más afectadas por los impactos socioeconómicos de la actual crisis, junto a mujeres, trabajadores informales, trabajadoras domésticas remuneradas, niños, niñas y adolescentes, personas mayores, entre otros grupos cuyas vulnerabilidades se profundizan. 

La realidad de los pueblos indígenas en Chile, que representan aproximadamente el 13% de la población del país (2.158.792), no escapa de lo anterior, sumando, además, el elemento estructural de su no reconocimiento constitucional, pese a que han transcurrido doce años desde que Chile firmó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que da un marco regulatorio para el desarrollo y la protección de este sector. “El reconocimiento constitucional de los Pueblos Originarios es un deuda histórica, que debe ser abordado en el Proceso Constituyente. La regulación de escaños reservados para Pueblos Originarios en el órgano constituyente es también una tarea pendiente que ya ha sido debatido en el Congreso Nacional y que esperamos se concrete”, aporta al respecto Amaya Álvez Doctora en Derecho, y profesora e investigadora de la Universidad de Concepción.

Reconocimiento constitucional y pandemia

El reconocimiento constitucional es una de las luchas de los pueblos originarios en cualquier lugar. Estamos hablando de 476 millones de pueblos que constituyen aproximadamente el 6% de la población mundial. 

Pero, por qué es tan importante que se le dé un estatus constitucional. Los investigadores Claudio Fuentes y Juan Esteban Fernández, de la Universidad Diego Portales, en su investigación “Reconocimientos de los pueblos indígenas: qué y cuánto se reconoce en las constituciones del mundo”, explican tres razones fundamentales que tienen que ver con un plano normativo para precisar quiénes conviven en un territorio; un plano sociopolítico de reconocimiento de derechos y un plano que tiene que ver con ir avanzando hacia la profundización de la decisión de los Estados de reconocer este sector, decisión expresada en los convenios y tratados internacionales que firmaron.

En 2019, con el estallido social, estuvieron muy presentes las demandas de esta población de cara a la exigencia ciudadana de una nueva Constitución. Basepública recogió algunas de ellas en el siguiente Rueda Base.

En este orden de ideas, para Natalia Caniguan, Directora del Instituto de Estudios indígenas e interculturales de la Universidad de la Frontera e investigadora adjunta del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), una de las consecuencias importantes de esta falta de reconocimiento en un contexto de crisis como el actual es la ausencia de registros oficiales específicos de cómo este sector está siendo afectado,  y la falta de políticas de cara a sus realidades territoriales, socioeconómicas y culturales. “No hay estadísticas oficiales, y, además, las medidas que hemos visto son de corte bastante urbano. Creemos que hace falta un diálogo, que genere información pertinente a los territorios, la vida rural es bastante distinta, y tenemos que pensar en que en los sectores rurales no hay servicios, tienen que salir necesariamente a sus centros urbanos cercanos para abastecerse de comida, incluso abastecerse de agua, o sea, hay territorios rurales que hoy en día no tiene agua, entonces también hay que prever esas situaciones”.

Otras condiciones preexistentes que caracterizan a los pueblos indígenas latinoamericanos, hacen compleja su situación frente a la pandemia: la falta acceso al agua para lavarse las manos, considerando la crisis hídrica por la que atraviesan muchos territorios en Chile, la dificultad en el acceso a servicios de salud, las enfermedades de base. “La creciente situación de la enfermedades no transmisibles o crónicas que en muchos casos no están diagnosticadas ni controladas como son la diabetes y la hipertensión, así como problemas de inmunodeficiencia y condiciones como desnutrición y anemia crónicas, además de infecciones endémicas como la tuberculosis, la malaria y el dengue con una alta prevalencia, que sumados a la falta de acceso a servicios de salud, pueden ser letales”, explica el Fondo de Población de las Naciones Unidas en su informe “Implicaciones del COVID-19 en los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe”.

Enfoque de género y pueblos indígenas

Organizaciones de la sociedad civil, vienen haciendo énfasis en lo difícil que se ha tornado para las mujeres y niñas enfrentar la crisis sanitaria por los problemas estructurales de desigualdad y la falta de redes de apoyo a propósito de las cuarentenas y el distanciamiento físico. “El abordaje de esta pandemia no tiene una perspectiva de género y las mujeres no vivimos esta pandemia de la misma manera como la viven los hombres, a propósito de la sobrecarga en horas de trabajo que tenemos, y de trabajo no remunerado que tenemos en la casa”, explicaba Yolanda Pizarro Carmona, Directora de Equidad de Género en LaresHub, en la columna grabada para nuestra fundación “Jefatura femenina: ¡en esta crisis no pueden solas!”. Además de ello, otro elemento importante ha sido el aumento de la violencia intrafamiliar

Las mujeres indígenas históricamente han sufrido de violencia interseccional, discriminación, violaciones de sus derechos políticos, sociales y económicos todos agudizados en contextos de conflictos armados, ejecución de proyectos en territorios indígenas, su militarización; violencia doméstica, entre otros señalados por los organismos internacionales.

En este sentido, y considerando los impactos diferenciados, y las vulnerabilidades múltiples: ser mujer e indígena, el no contar con estadísticas oficiales sobre la situación de los pueblos indígenas en el contexto actual, conlleva a que tampoco se tengan cifras sobre la particular situación de las mujeres indígenas. “Como no tenemos datos, tampoco contamos con datos desagregados dentro de pueblo y género. Creemos que, por supuesto, están viviendo todas las complejidades de este proceso y de este sistema, pero lamentablemente no tenemos mayor información al respecto”, asegura la investigadora Caniguan, coincidiendo también con la opinión de la doctora Alvez: “Dado que los índices de pobreza afecta más a mujeres indígenas, será también mayor la afectación frente a la pandemia”, concluye.

¿Cómo diseñar medidas que consideren a los pueblos indígenas frente a la crisis sanitaria?

Las recomendaciones de organismos internacionales para el diseño e implementación de medidas efectivas, consideran: el reconocimiento de los pueblos indígenas, su inclusión en la construcción e implementación de estrategias asegurando la participación de las mujeres; el respeto a la libre determinación; la construcción de mensajes en lengua indígena; asegurarles el acceso a la información y tecnología; garantizar el acceso al agua; respetar e incluir en la estrategia el sistema de sanación propio que tiene cada pueblo; y asegurar el acceso a la educación, entre otras.

En el caso específico de Chile, se suma la importancia de tener estadísticas segmentadas, como lo señala la investigadora Natalia Caniguan. “Lo primero es la necesidad de contar con datos desagregados y diferenciados por pueblos indígenas, que se catastre efectivamente cómo el covid-19 está afectando a los pueblos indígenas”; a esto, la antropóloga agrega también la necesidad de un trabajo conjunto con las instancias locales para que las medidas sean pertinentes. “Hay que prever mucho más el cómo se vive en los territorios rurales para poder tomar medidas que permitan que efectivamente la gente pueda quedarse en sus casas pero de manera digna”, precisa.

Si quieres conocer más sobre la opinión de Natalia Caniguan, Directora del Instituto de Estudios indígenas e interculturales de la Universidad de la Frontera e investigadora adjunta del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), mira la siguiente entrevista.

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