Crisis Hídrica: ¿Quién paga la cuenta?

La zona centro y norte de nuestro país se ve cada día más afectada por la crisis hídrica y la ruralidad está pagando el precio. Conocimos la realidad de Norma Valencia de Til Til y conversamos con Gonzalo Vial de Huella Local sobre los desafíos que enfrenta el futuro del agua en esta zona.
Francisca Valenzuela

Acceder a agua potable con tan solo abrir la llave de paso es algo imposible para muchas comunidades rurales de Chile. Su ubicación geográfica, las dificultades para acceder a un sistema de distribución de agua potable y la escasez hídrica, afecta duramente a las comunidades que habitan las zonas rurales del país. De acuerdo a los datos entregados por la última encuesta CASEN, la falta del acceso al agua potable aumentó tanto en zonas urbanas como rurales, aunque en mayor proporción en esta última, pasando de un 0,7% en 2017 a un 3,9% en 2020.

​En el contexto mundial, Chile en su conjunto puede considerarse un país privilegiado en materia de recursos hídricos. Sin embargo, Chile registra una marcada heterogeneidad hídrica a lo largo de su territorio. Es así como desde la Región de O’Higgins hacia el sur se supera la cantidad de agua necesaria para abastecer a la población durante un año, mientras que en la Región Metropolitana hacia el norte prevalecen condiciones de escasez.

Es el caso de Norma Valencia, dirigenta de agua potable de la zona de Caleu en Til Til, perteneciente a la Región de Valparaíso, quien posee instalaciones públicas para acceder a agua rural, pero cuya zona cuenta con una escasez hídrica que ha dificultado las labores de subsistencia y productivas para toda su comunidad.

“Con varias vecinas de la localidad, tuvimos la iniciativa de emprender un proyecto turístico, vino la crisis hídrica, vinieron los problemas de racionamiento y ya no se pudo dar. No pudimos seguir con el proyecto. El problema va mucho más allá que no tener agua potable. Afecta también las posibilidades que uno quiere trabajar en la zona”, declara Norma Valencia.

Desde 1964 existe en Chile el Programa de Agua Potable Rural (APR), nacido a la par del Plan Básico de Saneamiento Rural, que estableció dos compromisos: priorizar el abastecimiento público de agua potable y alcanzar por lo menos a un 50% de la población rural.

Desde entonces, el APR, a cargo del Ministerio de Obras Públicas, trabaja para abastecer de agua potable a localidades rurales concentradas y semiconcentradas. Para ello, el trabajo con los y las dirigentas sociales siempre ha sido clave: son ellos quienes se encargan de administrar y mantener sus sistemas de agua potable.

A pesar de que actualmente existen más de dos mil Sistemas de Agua Potable Rural, hoy siguen existiendo comunidades rurales que no cuentan con la capacidad para elaborar proyectos y no tienen acceso a un sistema público de agua potable. Adicionalmente, muchas de las fuentes de agua que abastecen los APR existentes no proveen agua de calidad y, por otro lado, muchas de ellas se encuentran en situación de escasez hídrica debido a la crisis climática que afecta a nuestro planeta.

Sin duda, existen múltiples desafíos en la zona rural que necesitan soluciones urgentes. En este escenario ¿Cómo solucionamos la escasez hídrica que afecta principalmente a la zona rural? Hablamos de esto con Gonzalo Vial, director ejecutivo de Fundación Huella Local.

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